Desde la antigüedad la medicina china ha puesto énfasis en
cuidar la energía vital y no desperdiciarla en una actividad sexual excesiva.
Un exceso de actividad sexual ya sea en pareja o no,
es causa de enfermedad frecuente en los hombres más que en las mujeres. Esto se
debe a que los espermatozoides producidos por el hombre y utilizados con cada eyaculación son unas células muy especializadas que darán
lugar a la fecundación. En el caso de la mujer la ovulación se produce una vez al mes
independientemente de su actividad sexual.
Así, en los hombres, la pérdida de esperma implica una pérdida de Jing
o “Esencia vital” por lo que una actividad sexual demasiado frecuente puede disminuir
el Jing y acortar la vida. En las mujeres, durante la actividad sexual no hay pérdida
correspondiente de Jing, ya que, obviamente, no pierden óvulos durante la
actividad sexual.