por carlota elena guerrero
Según la MTC (Medicina
Tradicional China) hay una relación mutua entre los órganos y las emociones: el
Corazón se relaciona con la alegría; el Hígado con la ira; los Pulmones con la
tristeza y la preocupación; el Bazo con el "darle vueltas y vueltas a la
cabeza" y los Riñones con el miedo. Cuando estas emociones son
intensas y se prolongan en el tiempo provocan un desequilibrio energético
que a la larga afectará al órgano relacionado. Del mismo modo, cuando ese
órgano en cuestión esté funcionando mal desencadenará un desequilibrio
emocional particular. Así, una disfunción en los Riñones puede provocar miedo y
pánico; a su vez una tristeza muy grande que se prolonga en el tiempo puede
desencadenar en un estado asmático.
Expresar las emociones, ya sean tristes o alegres, no perjudica a los órganos si es algo momentáneo y moderado. Incluso la alegría aunque es una emoción beneficiosa para la salud también debe moderarse ya que el exceso de alegría termina dañando al corazón. No confundamos alegría con felicidad. La primera es una emoción, la segunda un sentimiento; podemos sentirnos felices y en paz sin experimentar alegría. >>>
Expresar las emociones, ya sean tristes o alegres, no perjudica a los órganos si es algo momentáneo y moderado. Incluso la alegría aunque es una emoción beneficiosa para la salud también debe moderarse ya que el exceso de alegría termina dañando al corazón. No confundamos alegría con felicidad. La primera es una emoción, la segunda un sentimiento; podemos sentirnos felices y en paz sin experimentar alegría. >>>
Según la MTC las emociones
guardan relación con las estaciones: la primavera es la estación del hígado y
de la ira: es entonces cuando sentirnos enfadados no nos afectará mayormente a
la salud; el verano es la estación para sentirnos alegres; el otoño es la
estación de la tristeza y el invierno la del temor y el recogimiento exterior e
interior.
Creo yo, que lo bueno de las
emociones adversas es que gracias a ellas podemos apreciar y valorar las
emociones que nos hacen sentir bien. Gracias a los contrastes podemos
diferenciar lo malo de lo bueno, lo bello de lo feo y lo que nos hace
bien de lo que nos hace mal.
Para cuidar nuestro estado
emocional debemos resolver todo lo que esté causando
algún desorden en nuestras vidas, ya sean los afectos, problemas familiares, problemas en el
trabajo, cuestiones íntimas y personales como falta de autoestima, falta de
realización personal, etc.
Lo que yo hago y tal vez les
sirva, es tomar papel y lápiz y trazar dos columnas; en una de ellas anoto los
pros y en la otra los contras de cualquier situación que me esté molestando y
afectando mis emociones. De esta forma hago un balance, si veo que los pros son
más que los contras y debo mantener la situación a pesar del malestar que me esté
causando, lo asumo y decido a conciencia y con total libertad seguir adelante,
pero siempre concentrándome en los beneficios y no en los perjuicios que la
situación me provoca. Si por el contrario veo que recibo poco a cambio de un
gran sacrificio procuro deshacerme de tal situación.
Y, como dice un refrán chino:
"Si el problema tiene solución para qué me voy a preocupar; si no tiene
solución, no tiene sentido preocuparme".
Otra cosa que ayuda mucho es tomar la vida con
filosofía.
Buda enseñó que el origen del sufrimiento se encuentra en el deseo y en la aversión. Es decir: cuando queremos obtener algo y no lo conseguimos sufrimos; cuando no queremos aceptar algo irremediable de nuestras vidas y nos oponemos vehementemente a ello en lugar de aceptarlo, sufrimos. Cuando las cosas se ponen demasiado complicadas en la mente y comenzamos a sufrir por no poderlas resolver lo mejor es soltarlas. Pero soltarlas desde las emociones; esto no significa que no vayamos a luchar o a perseguir un sueño, sino simplemente no apegarnos a ello.
Buda enseñó que el origen del sufrimiento se encuentra en el deseo y en la aversión. Es decir: cuando queremos obtener algo y no lo conseguimos sufrimos; cuando no queremos aceptar algo irremediable de nuestras vidas y nos oponemos vehementemente a ello en lugar de aceptarlo, sufrimos. Cuando las cosas se ponen demasiado complicadas en la mente y comenzamos a sufrir por no poderlas resolver lo mejor es soltarlas. Pero soltarlas desde las emociones; esto no significa que no vayamos a luchar o a perseguir un sueño, sino simplemente no apegarnos a ello.
Nos ocupemos, no nos
preocupemos y estaremos más sanos.
En la Clasificación de
los alimentos según la MTC podemos ver que lo que comemos afecta
energéticamente a nuestros órganos y por ende a nuestras emociones. Así,
podemos intentar balancear las emociones con lo que comemos dejando de lado
temporalmente aquellos alimentos que pudieran agravar una emoción. Por ejemplo,
el sabor ácido tonifica el hígado y por lo tanto deberíamos evitarlo si estamos
muy enfadados; el sabor picante aumenta la energía de los pulmones como así
también los alimentos de color blanco, por lo que deberíamos evitarlos si
estamos particularmente tristes por algo.
Tenemos derecho a ser felices.
Resolvamos cada situación de nuestras vidas de modo que nuestra consciencia
esté tranquila, satisfecha, en paz. Este es el mejor antídoto contra la
enfermedad. La satisfacción y felicidad en la vida son necesarias para
fortalecer el sistema inmunitario y generar endorfinas que den salud
a nuestro cuerpo.
Si esperamos a tener todo lo
que deseamos para ser felices nunca lo conseguiremos. Cuanto antes tomemos
consciencia de nuestras propias limitaciones y de lo limitado que es todo lo
que el mundo nos ofrece, más pronto empezaremos a disfrutar de lo que tenemos
ahora. Si vemos el lado positivo de todo lo que nos rodea encontraremos mil y
un motivos para ser felices y sentirnos muy afortunados.